Santa Gertrudis y la devoción al Sagrado Corazón de Jesús
El Sagrado Corazón de Jesús no es sólo una devoción, es parte integral de la perspectiva cristológica de la fe cristiana y además nutre la piedad y el fervor con la dulce meditación del supremo amor de Cristo ,de todo esto se ha escrito y seguirá tratándose porque es la devoción que más ha tocado la esencia misma del amor divino.
Si bien esta devoción tiene sus raíces en el evangelio, se conoce debido a las revelaciones de Santa Margarita María de Alacoque, aunque otros santos son considerados los precursores, especialmente la monja Benedictina Santa Gertrudis de Helfa, llamada La Grande.
Gertrudis intercambia su corazón por el de Cristo.
Gertrudis vivió en el siglo XIII, tiempo en que la Iglesia fue rica en eruditos y místicos como Santo Tomás de Aquino, Santo Domingo, Santa Clara, San Buenaventura, San Francisco de Asís y, entre muchos otros, Santa Gertrudis la Grande.
Nació en Alemania el 6 de enero de 1256, siendo huérfana, fue criada por monjas benedictinas y eventualmente se convirtió en una religiosa lega. Fue amiga íntima de Santa Matilde de Hackeborn. Ambas son consideradas místicas relacionadas con el Sagrado Corazón de Jesús aunque no profundizaron en su teología, al menos sentaron los fundamentos.
Un antecedente monástico es San Bernardo y su herencia Cisterciense, pues hicieron un énfasis especial en la Sagrada humanidad de Jesucristo que conllevó a una espiritualidad marcada por la presencia de María, madre del Verbo Encarnado, y la meditación de todos los aspectos evangélicos de la vida de Cristo, en especial su encarnación y pasión. Es este contexto ya puede leerse entre líneas los fundamentos teológicos del Sagrado Corazón, como representación física del inmenso amor de Cristo. Pero regresemos con Santa Gertrudis.
Tenía 26 años cuando comenzó a tener visiones de Jesús. A través de la oración, el trabajo, el ayuno y las revelaciones que afirmaba recibir, Santa Gertrudis se desprendió de todo lo que le impedía amar a Cristo y ser amada por Él, su vida es un ideal de entrega contemplativa que la podemos resumir en una sentencia: Jesús me ama con amor intenso y quiero corresponderle con el mismo amor.
Durante su vida recibió muchas revelaciones y favores entre los cuales Jesús le dio una gran familiaridad con su Sagrado Corazón. Santa Gertrudis murió el 17 de noviembre de 1301 y dejó un gran testimonio de amor y devoción, así como 3 escritos principales que son:
1) El Heraldo del Amor Divino.
2) Los Ejercicios y
3) El Libro de gracias especiales.
Estos escritos han sido estimados por muchos teólogos y santos, como San Francisco de Sales. Y son el fundamento para que Gertrudis sea una potencial candidata a Doctora de la iglesia; este proceso va muy en serio y tal vez pronto la veamos junto con Santa Hildegarda ostentando está distinción.
Pero, regresando a la devoción al Sagrado Corazón, se cuenta que Santa Gertrudis, en la fiesta de San Juan, apoyó la cabeza cerca de la herida en el costado del Salvador y escuchó los latidos del Divino Corazón. Le preguntó a San Juan si él había sentido estas pulsaciones en la noche de la Última Cena y se quejó por qué nunca había hablado de esta experiencia en los evangelios. San Juan respondió que esta "... revelación había sido reservada para los últimos tiempos cuando el mundo, al haberse enfriado, la necesitaría para reavivar su amor".
¿No estamos acaso en esos tiempos? Corresponderá luego a Santa Margarita María de Alacoque la gracia de trasmitir está devoción que la Iglesia asumió y no ha dejado de aconsejar con eminentes frutos de santidad.
Para Santa Gertrudis, los favores místicos que se le otorgaron como resultado de la contemplación y la devoción al Sagrado Corazón incluían:
(1) intercambio de corazones. Jesús tomo el de ella y le entrego el propio.
(2) Reclinarse en el pecho de Jesús (como lo hizo Juan el discípulo Amado en la última cena),
(3) la gracia de beber del costado de Jesús, y
(4) huellas de las heridas de Jesús (estigmas).
Es pues ella la principal, aunque no la única, precursora de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. San Juan Eudes ya "presentía" la inminente revelación del Sagrado Corazón y junto está devoción con el de María, ambas eran aún novedosas.
Santa Margarita María de Alacoque
Cuando Cristo abrió su propio costado a la hermana Margarita María en el convento de la Visitación de Paray le Monial en Francia se dispara tal devoción y es asimilada por toda la Iglesia. Hoy es rara la iglesia o capilla que no tenga la Imagen del Sagrado Corazón y un hogar cristiano no puede considerarse como tal si no ha entronizado en el al Divino Corazón. Y a pesar de que está devoción surge dentro de la Orden de la Visitación (Santa Margarita) y la Compañía de Jesús (San Claudio de la Colombiere), no ha Sido excluyente pues todas las familias religiosas la han hecho suya de alguna manera. La propia Iglesia refrendo la autoridad de tal devoción cuando el propio papa Beato Pío IX consagró la Iglesia al Sagrado Corazón y lo mismo hicieron varios países siendo el primero Ecuador.
Es también el Sagrado Corazón la bandera e insignia de los mártires de nuestros tiempos. Los cristianos de la Vendee hondeaban la bandera de Francia con el Sagrado Corazón cuando sufrían la muerte por defender su libertad religiosa frente a la persecución y el terror de la Revolución Francesa. Los Cristeros en México estuvieron marcados por la devoción al Sagrado Corazón, el cual hacia pocos años había Sido declarado Rey de la nación, de modo que vitorear y morir al grito de ¡Viva Cristo Rey! No era más que testificar el Reinado Social del Sagrado Corazón de Jesús.
Y cuántos otros mártires masde nuestros días han volado al cielo bajo la espiritualidad del Sagrado Corazón.
Los papas desde Pío IX no han dejado de recomendar la devoción al Sagrado Corazón y el propio catecismo de la Iglesia Católica, cita la encíclica de Pío XII, "Haurietis Aquas" (1956):
"Jesús nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el Sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y por nuestra salvación, 'es considerado con razón el principal signo y símbolo de ese ... amor con el que el divino Redentor ama continuamente al Padre eterno y a todos los seres humanos sin excepción ".
Pero, ¿como se expresa está devoción?
La forma de mostrar nuestro homenaje al Sagrado Corazón tiene diferentes vertientes, aprobadas y muy recomendadas por la Iglesia:
1) Consagración personal, reconocer y hacer propio el amor de Cristo, manifestado en su corazón, en un verdadero sentimiento de reparación por los pecados y agradecimiento por la obra de su redención.
2) Consagración familiar o colectiva al Sagrado Corazón y entronizacion de su imagen en el hogar o en lugares específicos. Una proclamación pública de que Jesús no solo es rey de los individuos, sino también de la familia y la sociedad.
3) Rezo de la letanía del Sagrado Corazón de Jesús que evidentemente es de carácter bíblico y a la que se han concedido muchas indulgencias.
4) El uso del "Detente", sacramental muy apreciado que expresa la confianza en el Corazón de Cristo frente a las tentaciones y adversidades.
5) Novenas, triduos y ofrecimiento de flores. En ese mismo sentimiento de reparación.
6) El acto de reparación, una oración con la cual los fieles, conscientes de la bondad infinita de Cristo, imploran misericordia por las ofensas cometidas de tantas maneras contra su Sagrado Corazón, se acostumbra rezarse delante del Santísimo Sacramento.
7) Lecturas de espiritualidad que animen a tener más confianza en el amor de Cristo. Una de las más recomendables es el libro "Un llamamiento al amor" de Sor Josefa Menéndez.
8) La práctica piadosa de los Nueve primeros viernes del mes que se deriva de las "grandes promesas" hechas por Jesús a Santa Margarita María de Alacoque. Surge En un momento en que la comunión sacramental era muy rara entre los fieles, así la devoción del primer viernes contribuyó significativamente a un uso renovado de los Sacramentos de la Penitencia y de la Sagrada Eucaristía. En nuestros tiempos, la devoción a los primeros viernes, incluso si se practica correctamente, no siempre puede conducir a los frutos espirituales deseados si no se realiza con un verdadero espíritu de reparación y amor. Por lo tanto, los fieles requieren una instrucción constante para evitar cualquier reducción de la práctica a mera credulidad de alcanzar las promesas pero sin cambio de vida y sin buscar reparar las ofensas a Jesús. Debe pues, fomentarse una fe activa para que los fieles puedan asumir su compromiso con el Evangelio correctamente en sus vidas y También se les debe recordar la preeminencia absoluta del domingo, la "fiesta primordial", que debe estar marcada por la plena participación de los fieles en la celebración de la Santa Misa.
Celebremos hoy la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús con la confianza de que su amor es inmenso, mayor que nuestros pecados, el nos espera en ese océano y abismo de misericordia para embriagarnos en su propio amor.
Pidamos la gracia de asumir ese amor, sentirlo como propio, vivirlo y desbordarnos en el. De la misma manera que María Santísima vivió en ese constante palpitar de su hijo. Cómo Juan, que mereció Reclinarse en el costado y sentir los latidos del amor de Dios. Como Longinos, que traspaso con su lanza el Corazón y mereció su salvación con esas últimas gotas de sangre del Señor. Cómo Tomás, que a pesar de la duda se le dió la oportunidad de tocar el Corazón herido y proclamar al resucitado.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!
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